Supera el duelo, vive otra vez.
Alberto Simoncini
Acompañamiento terapéutico para procesos de duelos y pérdidas
A lo largo de la vida debemos aprender a perder.
Perder seres queridos humanos y animales que amamos, perder objetos y situaciones que contribuyen a dar sentido a nuestra existencia.
Para integrar todas estas pérdidas y actualizar nuestra percepción del vivir a las nuevas circunstancias, transitamos cada vez un duelo, un proceso que requiere un esfuerzo prolongado en el tiempo, que requiere por lo tanto mucha disciplina y mucha paciencia.
A eso sirve el acompañamiento terapéutico: a sostener este esfuerzo prolongado en el tiempo.
Un duelo no empieza solamente cuando perdemos a un ser querido.
También entramos en duelo cuando perdemos la salud, cuando recibimos un diagnóstico médico no favorable, cuando perdemos un trabajo, cuando se rompe una amistad o una relación amorosa, cuando tenemos que aprender a vivir con una enfermedad crónica y/o degenerativa, cuando perdemos el derecho a ver los hijos, cuando nos mudamos a otro país, cuando sufrimos la pérdida de status socio-económico.
Todas estas pérdidas pueden ser elementos detonantes de un profundo conflicto entre lo que somos adentro y nuestra propia representación en el mundo exterior. Este conflicto genera un sufrimiento hasta que no haya adaptación a la nueva realidad.
Para eso el acompañamiento: para adaptarse, transformarse, encontrar nuevamente sentido, entusiasmo, ilusión, serenidad.
Para volver a vivir.
Mi enfoque no es médico ni religioso: es humano.
Estoy convencido que la magia en terapia se pueda dar cuando el terapeuta desaparece y se transforma en un espejo. Un espejo humano que permita al paciente verse, explorarse, reconocerse, sanarse. Y para que esa magia se de, ambos deben sentir confianza en el otro y percibir aquel click interior que dice “sí, andemos juntos por este camino”.
La intervención se realiza al principio a través de sesiones semanales de una hora. La duración de una terapia de duelo viene determinada por el mismo desarrollo del proceso (cada uno de nosotros tiene su propio ritmo). Aproximadamente, puede tener una duración media de 3 a 6 meses, y a continuación se establece un periodo de seguimiento. La terapia será lo más corta posible y la intervención se considera acabada cuando el paciente se siente capaz de continuar el camino por su cuenta.
El duelo es el proceso de integración de una o más pérdidas.
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Colaboro con mis pacientes para que, a nivel personal, aprendan a sobrellevar situaciones difíciles y puedan reencontrar la serenidad y la felicidad.
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Trabajo en ecosistemas empresariales para inculcar la importancia de aprender a comunicar y escuchar. Dos valores clave para garantizar bienestar global y mayores éxitos.
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Quién Soy
«Mi forma de trabajar es cercana y empática. Estoy convencido que el cambio profundo se logra entre lágrimas y risas, expresiones auténticas de un corazón vital.»
Me llamo Alberto Simoncini y nací un 30 de junio de hace más de cuarenta años en Verona (Italia).
Desde muy pequeño he tenido una gran sensibilidad y un profundo interés hacia el mundo de la meditación, de la consciencia y otros planos. A la edad de diez años empecé a practicar técnicas de training autógeno para entrar en estados de consciencia alterada. Con el tiempo pasé a interesarme por todo relacionado con el desarrollo interior, la autosanación y la resolución de conflictos interiores.
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